...Y esa noche Dios concedió mi deseo y salí de mi cuerpo mientras dormía y volé hacia ti. Te ví dormida junto a mi madre con una batita rosada, toqué tus manos, besé tu rostro, te moviste y sonreíste, me acurruqué a tu lado, tal y como imaginé, y te abracé fuerte, extrañaba tenerte así, sentir tu calorcito y tu respiración, tu suavidad, tu frescura.
Y la noche fue tan corta, sentí los primeros rayos del sol en mi cara y supe que ya era el momento de regresar, me desprendí de ti lentamente, te besé, te besé mucho, y emprendí mi vuelo de regreso. Y otras almas volaban a mi lado, pero no me hablaban, solo sonreian, como si cada una estuviese en su propio sueño, y todo fue tan real.
Y la noche fue tan corta, sentí los primeros rayos del sol en mi cara y supe que ya era el momento de regresar, me desprendí de ti lentamente, te besé, te besé mucho, y emprendí mi vuelo de regreso. Y otras almas volaban a mi lado, pero no me hablaban, solo sonreian, como si cada una estuviese en su propio sueño, y todo fue tan real.
En la mañana desperté feliz, todavía podía sentir ese olorcito particular, esa suavidad, esa dulzura. Nunca supe si fue un sueño, lo cierto es que tú también despertaste pensando en mi y lloraste todo el dia, hasta que mi madre me llamó por teléfono.
Repetiste mami Yishi, mami Yishi, mientras sollozabas, y te consolé de la manera mas tierna que pude, mientras me preguntaba... Será posible?... Estuve contigo? Quizás nunca lo sabré.
Repetiste mami Yishi, mami Yishi, mientras sollozabas, y te consolé de la manera mas tierna que pude, mientras me preguntaba... Será posible?... Estuve contigo? Quizás nunca lo sabré.
